Ordenaciones al Diaconado y Sacerdocio - Argentina 2017

Fuente: Seminario Nuestra Señora Corredentora

Este sábado 16 de diciembre del 2017, S.E.R. Mons. Tissier de Mallerais ordenó a 6 nuevos Sacerdotes y 6 Diáconos en el Seminario de Nuestra Señora Corredentora.

Ha sido una gran alegría para el Seminario de Nuestra Señora Corredentora ver a 11 de sus hijos recibir tanto el Sacerdocio como el Diaconado, pero esta vez también se ha unido a esta alegría el monasterio de Nuestra Señora de Bellaigue, pues la comunidad Benedictina se congratuló con la ordenación del Padre Elías, que vino acompañado de su Prior, el Padre Plácido.

Los ordenandos fueron encomendados especialmente al patrocino de la Inmaculada, pues S.E.R. Mons. Tissier celebró para esta ocasión tan importante la misa votiva de la Inmaculada, advocación muy querida para nuestro seminario, dado que es la titular de nuestra iglesia.    

- Después de la Epístola, Monseñor pronunció el sermón para los Ordenandos, y enseguida comenzó la primera de las ordenaciones, es decir, la Ordenación al Diaconado. “Accédant qui ordinándi sunt ad Diaconátum” … Entonces se adelantaron los 6 nombrados: “Adsum”. Entonces recibieron del Obispo la amonestación para que consideraran bien el cargo que habían de recibir. Luego se acercaron también los ordenandos al sacerdocio y se postraron todos para el canto de las letanías. Después del prefacio consagratorio y la imposición de manos, el Obispo los revistió con la estola y la dalmática y les entregó el Evangelio, que en el momento oportuno fue cantado por el Diácono decano, comenzando a ejercer así su sagrada función.

- A la mitad del Tracto comenzó la 1ª parte de la Ordenación Sacerdotal, en la que tiene lugar la imposición de las dos manos del Obispo, a la cual se unen los sacerdotes presentes. Después Monseñor cantó el prefacio consagratorio e impuso los ornamentos (estola y casulla), y finalmente después de invocar al Espíritu Santo con el canto del Veni Creator, les ungió las manos y les entregó el Cáliz con la hostia como instrumentos propios de la función que se le encomendaba.

- Hacia el final de la Misa que los neosacerdotes concelebraban junto con el Obispo –siendo ayudados por sus Padrinos y habiendo comulgado–, el Obispo entonó el “Jam non dicam” (“Ya no os diré siervos sino amigos”, Jn. 15, 15), y desató la casulla de los nuevos sacerdotes, significando así su poder para desatar los pecados.

La ceremonia concluyó con el canto del Te Deum, elocuente acción de gracias que la Iglesia reserva para los momentos más especiales y luego, a la señal, todos hicieron la genuflexión general y comenzaron la procesión de salida.

Benedicamus Domino, Deo Gratias!

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