Tonsura, Ordenes menores y Subdiaconado en Argentina - 2017
El pasado sábado 7 de octubre, en la fiesta de Nuestra Señora del Rosario, nuestro Superior General S.E.R. Mons. Bernard Fellay, confirió la tonsura, ordenes menores y subdiaconado en el Seminario de Nuestra Señora Corredentora.
Después de un hermoso sermón, y habiendose hecho la Admonición general, comenzó la ceremonia de Tonsura, en la cual 5 seminaristas de 2º año (3 Argentinos, 1 Mexicano y 1 Paraguayo), renunciaron al mundo para consagrarse totalmente a Dios repitiendo con el Obispo “El Señor es la parte de mi heredad…”, parte que ya no les será quitada si se mantienen fieles a su Señor.
La Misa continúo y después del Kyrie llegó el momento de la administración de cada una de las órdenes. Para las primeras dos órdenes menores (Ostiario y Lector), los seminaristas del 3º año (3 de Argentina, 1 de Guatemala, 1 de Brasil) respondieron con seguridad “Adsum” al escuchar su nombre, recibiendo después del Obispo la potestad de guardar las puertas de la Iglesia y todo lo que en ella se contiene, y también la de ser fieles relatores de la palabra divina.
Al retirarse los recién ordenados, subió al altar el seminarista de 4º año, de Mendoza, Argentina, el cual recibió las órdenes de Exorcista y Acólito, completando así las cuatro órdenes menores, listo para combatir y oponerse valientemente a todas las astucias del demonio y para servir más estrechamente al altar presentando el agua y el vino junto con los sacrificios y oraciones de cada día.
Finalmente la ordenación al Subdiaconado comenzó con la breve pero importante admonición sobre el compromiso definitivo, “Hijos muy amados… si os place perseverar en este santo propósito acercaos acá en el nombre de Dios.” Los 7 amonestados (4 de Argentina, 2 de Brasil y 1 de México) con gran decisión y confiados en la gracia de Dios, dieron EL PASO definitivo, y entonces postrándose al pie del altar invocaron la intercesión de todos los Santos, cantando sus letanías. El Obispo entonces les recordó una vez más las obligaciones a las que se sometían y la perfección que les exigiría su nuevo estado de vida y luego procedió a la ordenación, dándoles a tocar un cáliz y una patena, instrumentos de su nuevo ministerio e imponiéndole los ornamentos propios del subdiácono junto con la entrega del Epistolario.
La ordenación concluyó con el canto de la Epístola por el Subdiácono decano y después continuo la Misa en acción de gracias por tantas bendiciones recibidas.
Al final de la Santa Misa, después del canto del Magnificat, todos los seminaristas salieron en procesión solemne con el canto a San Pio X.
“Sante Pie Decime, Gloriose patrone, Ora, ora pro nobis”
Conozca mejor las etapas de la ascensión gradual al sacerdocio
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