Movido el Señor a auxiliarnos, viendo las miserias que nos afligen, nos dice a nosotros las palabras que el Faraón dirigía a su pueblo cuando ocurrió la penosa carestía de trigo que afligió a Egipto:
“¡ITE AD JOSEPH!” (Gén 40, 55), “Id a san José” si queréis hallar a Jesús y a María.