Sagrada Liturgia
"¡Bienaventurados los fieles que tienen sacerdotes con almas prendadas de la Liturgia de la Iglesia!" Mons. Marcel Lefebvre
El culto debido a Dios
El primer deber del hombre es el de dar a Dios el culto de adoración, alabanza y acción de gracias que le es debido. Ese culto tiene cuatro elementos:
- Reconocer a Dios como nuestro Creador y Señor, porque Él nos ha creado y de Él dependemos a todo instante (fin latréutico).
- Agradecer por todos los beneficios que recebemos de Él (fin eucarístico).
- Pedir perdón por nuestras faltas y pecados (fin satisfactorio).
- Pedirle lo que necesitamos para nuestra vida y para nuestra salvación eterna (fin propiciatorio).
Ese culto no es solamente personal, individual, sino que es principalmente un culto público, ordenado y prescrito por la Iglesia inspirada por el Espíritu Santo. Ese culto oficial es llamado liturgia. La palabra viene del griego leiton ergon, que significa obra o ministerio público.
La liturgia es, por lo tanto, el culto público y oficial que la Iglesia presta a Dios, y que a la vez que santifica a los fieles”. J. G. Treviño, Lecciones practicadas de Liturgia
O más brevemente:
La liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo por la Iglesia”. Papa Pío XII, Encíclica Mediator Dei
Elementos de la liturgia
Pertenecen a la liturgia:
- el Santo Sacrificio de la Misa, que es su alma y centro.
- el Oficio Divino, que gira alrededor de la misa. Es también conocido como breviario, nombre del libro que contiene las oraciones oficiales de la Iglesia rezadas por los sacerdotes ocho veces por día en beneficio de la misma Iglesia y de todos sus hijos.
- los sacramentos, sacramentales, bendiciones y todos los ritos y ceremonias, símbolos y vestiduras, vasos y lugares sagrados así como los cantos y melodías que la Iglesia usa para ejecutar este culto público y solemne.
La oración de la Iglesia
La liturgia es la teología hecha oración. Constituye la vida misma de la Iglesia, del Cuerpo Místico de Cristo y, por eso, tiene un poder verdaderamente admirable para la santificación de las almas. Por medio de la liturgia católica, ascienden al cielo la adoración, la acción de gracias, los pedidos de perdón y de ayuda de los fieles y, por medio de esa misma liturgia, descienden la misericordia, el auxilio y la protección de Dios sobre los fieles católicos y su Santa Madre, la Iglesia.
La liturgia es el medio más poderoso que tiene la Iglesia para convertir a las almas, santificarlas y protegerlas. La liturgia es también el medio más poderoso para comunicar la fe católica en el Sacrificio de Cristo renovado con la misma eficacia sobre el altar. Por esta razón, desde los primeros siglos se dice: lex orandi, lex credendi: la ley de la oración (el modo de rezar) nos enseña la ley de la fe, o sea, el modo de rezar y de prestar culto a Dios demuestra lo que creemos.
Durante siglos, la fe católica fue comunicada por medio de la liturgia, en la cual están concentradas todas las verdades del Credo católico. Alterar drásticamente la liturgia de la misa puede tener consecuencias incalculables: ese cambio puede destruir la fe, corromper la moral y precipitar a los católicos en la decadencia y en la apostasía. Los pueblos protestantes nos dan ejemplo de ello, porque habiendo los reformadores cambiado la liturgia, cambiaron la fe del pueblo, haciéndolo hereje y actualmente ateo en muchos lugares. En el siglo XVI, en Inglaterra, el sacerdote herético Thomas Cranmer cambió la liturgia de la misa y algunas décadas después Inglaterra ya había perdido la fe católica e impidió la cristianización de gran parte del mundo oponiéndose à las naciones católicas misioneras como España y Portugal.