Nuestra Historia

Monseñor Lefebvre firma de la Carta abierta con Mons. de Castro Mayer.

El 24 de agosto de 1980, Monseñor Lefebvre anunció la compra de un hermoso terreno en La Reja: “Construiremos en él un seminario que pueda acoger a 120 seminaristas…». Acababa de nacer el Seminario de La Reja.

En julio de 1977 Monseñor Lefebvre hizo su primer viaje apostólico a América del Sur. Algunos meses después se adquiría en Buenos Aires una casa, situada en la calle Venezuela 1318, convertida hoy en priorato. Allí, desde marzo de 1979, comenzó el primer Año de Espiritualidad, bajo la dirección del Padre Jean-Michel Faure.

Mas como los postulantes para el año siguiente eran numerosos, y era imposible albergarlos en dicha casa, los seminaristas más adelantados fueron enviados al seminario de Ecône en enero de 1980, para que allí cursaran la teología. El 15 de agosto de 1980 recibían la sotana 12 seminaristas.

El 24 de agosto de 1980 Monseñor Lefebvre volvió a Buenos Aires para la ordenación de dos sacerdotes: Alfonso de Galarreta y Andrés Morello, que pasarían a ser profesores del seminario incipiente; y durante el sermón de ordenación, Monseñor Lefebvre anunció la compra de un hermoso terreno en La Reja, al oeste de Buenos Aires: “Construiremos en él un seminario que pueda acoger a 120 seminaristas, provenientes de todos los países de América hispana, para continuar el sacerdocio católico, para continuar la fe católica en todos estos países…». Acababa de nacer el Seminario de La Reja.

Bajo la advocación de la Virgen Corredentora

La Santísima Virgen, si bien es Madre de todos los hombres por el don que nos hizo Nuestro Señor en la Cruz: “He ahí a tu Madre” (Jn 19, 27), lo es del Sacerdote a un título particular, puesto que el Sacerdote participa profunda, real y ontológicamente, del Sacerdocio de Nuestro Señor Jesucristo.

Nuestra Señora no sólo nos ha dado al Sumo Sacerdote de la Nueva Alianza, sino que nos lo ha dado en su propia cualidad de Pontífice, por el acto mismo de la Encarnación.

María fue el santuario donde se celebró la ordenación del gran pontífice, fuente de todo Sacerdocio. Dios hizo depender de su “fiat” este sacrificio inefable y, por último, Ella estuvo íntimamente asociada a sus dolores.

Hay que decir que el sacerdocio católico está en dependencia de María y tiene su origen en Ella, siendo justo llamarla Madre del Sacerdocio y Corredentora de los hombres. Por este motivo, ningún título de Nuestra Señora parecía tan a propósito para designar a nuestro Seminario.

Los años heroicos

A fines de 1980, los primeros seminaristas llegaban a la nueva propiedad de La Reja. Las vacaciones de verano estuvieron totalmente dedicadas a preparar la entrada, tratando de hacer habitables los viejos caseríos, totalmente destartalados, de la antigua hacienda Santa Teresa.

Se instaló un gran galpón de chapa de 28 metros de largo por 8 metros de ancho, que serviría provisionalmente de dormitorio, comedor, taller, etc. El Jueves Santo se inauguró una capillita construida en parte por los seminaristas, y después de la fiesta de Pascua comenzó el nuevo año escolar, en condiciones terriblemente precarias.

El mes de agosto de 1981 llegaron de Ecône como refuerzo dos nuevos colaboradores: los Padres Luis María Canale y Edgardo Albamonte, argentinos los dos. Este último fue ordenado Sacerdote por Monseñor Lefebvre en Buenos Aires el día 16 de agosto, y el mismo día, en La Reja, tuvo lugar la bendición de la primera piedra del futuro Seminario Internacional Nuestra Señora Corredentora.

El proyecto y la construcción adelantaron a buen paso, gracias en particular a la ayuda financiera de nuestros amigos alemanes. Y a pesar de dificultades de toda clase, en particular la inestabilidad económica de la Argentina, tres años después quedaba prácticamente terminado el grueso de los edificios. El Seminario podía recibir a 50 seminaristas. Faltaba aún la iglesia, y una tercera ala para aumentar el número de celdas.

La construcción, de estilo neocolonial, es sobria pero bien ordenada. La controló de cerca Monseñor Lefebvre, y refleja bien el sentido práctico y el espíritu de nuestro Fundador. Una sola escalera conduce al nivel superior, en donde se encuentran las habitaciones. Un hermoso claustro invita a la oración y al estudio. El Seminario se encuentra rodeado de más de 60 hectáreas de terreno, lo que garantiza su tranquilidad, a pesar de estar tan sólo a 40 kilómetros de la capital.

El crecimiento y la crisis

El año 1985 concluía la primera fase de la construcción. Con una entrada de 14 nuevos candidatos, el número de seminaristas se elevaba a 53, procedentes en su mayoría de la Argentina y de Méjico, y algunos venidos de los demás países de casi toda América latina, incluyendo tres norteamericanos. El 1 de diciembre, Monseñor Lefebvre ordenaba a los 8 primeros sacerdotes totalmente formados en La Reja. La ceremonia tuvo lugar en presencia de Monseñor Antonio de Castro Mayer y de numerosos sacerdotes venidos especialmente desde Europa.

El 30 de noviembre de 1986, Monseñor Lefebvre ordenaba otros 9 sacerdotes para la Fraternidad y 2 para la diócesis de Campos. El 14 y 15 de noviembre de 1987, Monseñor Antonio de Castro Mayer administraba la tonsura, los órdenes menores, el subdiaconado y el diaconado. Y el 10 de diciembre de 1988, Monseñor Alfonso de Galarreta ordenaba 4 sacerdotes en su primera misa pontifical.

En este contexto debemos situar la crisis de los años 1986 a 1989, que condujo a la salida del Padre Andrés Morello, seguido de varios profesores y sacerdotes, y de casi la mitad de los seminaristas (21 de mayo de 1989), todo ello en circunstancias particularmente dolorosas.

Ora et labora

Pasada la crisis, el Seminario siguió su camino, bajo la dirección de Monseñor Alfonso de Galarreta, y luego del Padre Dominique Lagneau. Poco a poco las cosas volvieron a su cauce normal, en una atmósfera de estudio y de piedad. Cor unum et anima una.

En 1992, el Seminario colaboró estrechamente a la celebración de los 500 años de la fe católica en América. Estas jornadas memorables fueron un hermoso y emotivo homenaje a la obra de la Iglesia en este continente a favor del cual “Dios ha hecho cosas incomparables”, como decía Monseñor Lefebvre. Para el Seminario fue la ocasión de recibir a numerosos huéspedes, en una atmósfera muy fraterna y latina. Esta cordialidad hispanoamericana se manifiesta especialmente con motivo de las diversas ceremonias y fiestas que salpican el año escolar: peregrinación al santuario anual de Luján, toma de sotana, ordenaciones sacerdotales que coronan el año escolar.

Mezclándose con las alegrías, se levantaron algunas cruces en el camino, como es normal. Entre otros momentos difíciles, hay que señalar dos asaltos a mano armada, uno el 19 de mayo de 1993, y otro en mayo de 2000; ambos podrían haber terminado muy mal, sin una protección especial que siempre hemos atribuido a nuestro Fundador. ¡Cómo no evocar también la figura edificante del Hermano Miguel, que Dios se dignó llevarse en febrero de 1995, en el curso de una epidemia que afectó a todos los miembros de la comunidad durante la predicación del retiro de San Ignacio de 30 días!

En el tercer milenio

En 1998, aún bajo la dirección del Padre Dominique Lagneau, se pudo dar inicio al gran proyecto de la construcción de la iglesia del Seminario. El 15 de agosto del mismo año, tras varios meses intensivos de colocación de los cimientos, Monseñor Alfonso de Galarreta ponía solemnemente la primera piedra de la futura iglesia.

Desde entonces hasta el año 2001, la construcción se prosiguió rápidamente. El estilo elegido fue el neocolonial; el arquitecto se inspiró en las más tradicionales iglesias de la Argentina. Se aprovechó la construcción para dotar al Seminario de un nuevo claustro, de habitaciones para sacerdotes de paso, de una nueva sacristía, y de librería y locutorios para atender a la gente. Finalmente, el 8 de diciembre de 2001, con gran asistencia de fieles, la iglesia era consagrada solemnemente por Monseñor Alfonso de Galarreta.

En septiembre de 2003, Monseñor Richard Williamson fue nombrado Director del Seminario de La Reja. Reemplazaba al Padre Dominique Lagneau, que había regido el Seminario durante 14 años, pero había sufrido un duro agotamiento con las preocupaciones de la construcción de la iglesia.

Fue durante el rectorado de Monseñor Williamson que dio comienzo en La Reja una experiencia inaugurada por él en el Seminario de los Estados Unidos: las “Jornadas de Humanidades”, iniciadas en las vacaciones de invierno de 2005; y, al año siguiente, el “Año de Humanidades”, que desde 2006 se ha convertido ya en una institución, y verdaderamente en un “séptimo año” de seminario. Las ventajas y oportunidad de este Año de Humanidades saltan a la vista para quienes hayan podido seguirlo.

Fue también el mismo Monseñor Williamson quien, con la ayuda que él consiguió para el Seminario, lograba dotarlo de su magnífico retablo, y de la actual sillería del coro y bancos para los fieles.

En enero de 2009, Monseñor Williamson era a su vez reemplazado por Monseñor Alfonso de Galarreta, que asumió la dirección del Seminario durante 3 años. Con él, el Seminario pudo ver restaurados varios aspectos materiales: el exterior totalmente pintado, las canaletas y techos debidamente reparados, al igual que la terraza y sus persistentes goteras.

Monseñor de Galarreta, a quien el Seminario logró retener hasta 2012, debió dejarlo finalmente. Fue designado como nuevo Director el Padre Davide Pagliarani, italiano nativo de Rimini, que llegó a nuestras tierras en el mes de marzo. Bajo su dirección prosigue el Seminario su labor regular de formar santos y sabios sacerdotes.

Construcción de la Iglesia a partir del año 2001