Formación
La formación de los Hermanos se da en un periodo de tres años: postulantado, noviciado y un año de formación ya como hermano profeso.
Postulantado
La formación de los Hermanos empieza con el postulantado, que dura normalmente un año escolar.
Durante este período, el futuro hermano se inicia en la vida espiritual, prueba y conoce mejor su vocación, estudia Catecismo, Espiritualidad, y manifiesta si tiene las aptitudes para la vida de Hermano de la Fraternidad Sacerdotal.
Noviciado
Terminado este periodo, si el candidato es considerado apto para la vida religiosa, es recibido como novicio.
El noviciado comienza con la recepción del nombre religioso y la toma de hábito: sotana sin botones visibles, con faja estrecha, sin caída, de tela negra. Dura un año completo, seguido de uno o dos años de formación clásica o profesional, según los casos.
El año de noviciado debe encaminarse a que se forme bien el espíritu de los alumnos, bajo la disciplina del Maestro, por el estudio de la regla y de las constituciones, haciendo piadosas meditaciones y oración asidua, aprendiendo bien lo que se refiere a los votos y a las virtudes, y ejercitándose oportunamente en extirpar de raíz el origen de los vicios, refrenar los movimientos internos y adquirir las virtudes (Derecho Canónico, c. 565).
El nuevo hermano estudiará la importancia de los votos de pobreza, castidad y obediencia y continuará sus estudios de espiritualidad. También tendrá clases de latín y canto.
Profesión Religiosa
La profesión religiosa ocurre al comienzo del tercer año de formación. El joven profesa por primera vez los votos de pobreza, castidad y obediencia delante del Santísimo Sacramento, en la fiesta de San Miguel Arcángel (29 de septiembre), por un periodo de un año. Durante los años siguientes, el hermano continúa su formación espiritual y profesional.
Los Hermanos pronuncian los tres votos anualmente, desde el término del noviciado, por 3 años. Luego, pronuncian los votos por dos períodos de 3 años. Después de esto, pueden solicitar permiso para pronunciar sus votos definitivos. En su primera profesión reciben un crucifijo y una medalla de San Pío X.
Durante su vida religiosa, el hermano puede tomar un mes de vacaciones cada año con el permiso de su superior. Hace también anualmente ejercicios espirituales.
Terminada la formación en el noviciado, los hermanos pueden ser destinados a alguna de las distintas obras apostólicas del distrito. Continuarán siendo los ángeles guardianes de las comunidades de la FSSPX diseminadas por el mundo.